martes, 31 de agosto de 2010

Haciéndome cargo del cuento

Seré breve con la intro para no latear:
A comienzos del 2009 trabajaba en SANFIC, el Santiago Festival Internacional de Cine, y se me presentó la oportunidad de trabajar en una fundación de educación y cultura para el proyecto Biblioteca Viva, a cargo de comunicaciones, marketing y cultura. Y me cambié. Me cambié principalmente para poner en práctica lo que había aprendido sobre Marketing Cultural. Desde marketing trabajaba con una agencia a cargo de publicidad y diseño. Nunca quedaba conforme con las campañas: piezas que eran más de lo mismo, fomes, subvaloradas.

A mediados de año mi #jefa se dio cuenta que no estaban funcionando y decidió internalizar diseño y publicidad. Se contrató a una diseñadora y se me ofreció hacerme cargo de publicidad. La verdad que no lo pensé mucho y acepté. Todos teníamos claro que no soy publicista y que sería una apuesta. Para mi, un desafío. Y créanme, no hay nada que me motive más que los desafíos. El arriesgarse, el aprender y jugártela para poder conseguir lo que te propones conlleva una cuota de adrenalina muy rica.

Basta de intro. Octubre del 2009. Se acercaba el "Cuéntate Algo", concurso de cuentos y campaña principal para noviembre y diciembre con publicidad en papelería, diario y on-line. Así no más.

En la versión anterior del concurso se recibieron más de 200 cuentos. Desde marketing propuse como objetivos aumentar el número de postulaciones, llegando a un público amplio, popular y aficionado en escritura. Luego me acordé que yo mismo debía crear la campaña para lograr todo eso y no me quedó más que hacerme cargo del cuento.

Lo primero que propuse fue crear un logotipo del concurso, por una parte para comenzar a posicionarlo y por otra, para probar la mano de la nueva diseñadora (desde ahora: la Vero). No era que desconfiara de su trabajo, su portafolio era notable.

Tomé algunos referentes de logotipos, principalmente el de #Súdala y la Vero comenzó a trabajar en eso. A la par comencé a pensar en la campaña, buscar referentes de concursos, ver harta gráfica, jugar con el nombre del concurso, descomponerlo, distorsionarlo, etc.

La Vero por su parte se demoró poco en llegar a una propuesta interesante:



Yo aún no encontraba 'la idea'. Hasta que en una calurosa tarde de viernes, camino a mi depa, en un taco del terror (de esos que estás detenido 20 minutos) saqué un lápiz y papel y empecé a garabatear. Me daba vueltas la idea que la gráfica 'contara algo', que se basara en texto para incentivar a la creación de textos. Comencé a jugar con la palabra cuento, contar, cuéntate, cuentero, cuentear... y luego a llevar esas palabras a frases de la jerga popular. Me imaginé a la señora en el ante jardín diciéndole a la vecina "a mi no me vienen con cuentos", o a la lolita diciéndole a la amiga "me cargan los cuenteros", y también al profe de U diciéndole al alumno "no me gusta que me cuenteen". Sentí que por ahí iba la cosa.

Después de 15 minutos y haber avanzado media cuadra, llegué a la idea que estaba buscando:



Después de varias opciones de tipografías, diagramación y colores, la Vero llegó a estas tres piezas. Sentí que nuestra dupla iba a funcionar.


Recibimos más de 400 cuentos provenientes de todo Chile y llegamos tanto a aficionados, como un señor que trabajaba de conductor de buses, hasta escritores más experimentados.
Como decían en El Juego de la Oca: ¡Prueba zuperada!





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