martes, 11 de octubre de 2011

RetroFuturo

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Una de las grandes tendencias del 2009 fue el fenómeno del eBook o libro electrónico. Si bien, desde hace varios años existía la posibilidad de descargar y leer libros en dispositivos móviles, como Palm, fue la incorporación del servicio en la gigante de las compras por Internet Amazon, junto a nuevas y asequibles tecnologías los factores clave que permitieron darle una nueva chance al formato. El resto fue moda, feligreses de la manzana y tendencieros tecnológicos.

A finales de ese año comenzamos a reflexionar sobre cuál sería la postura de Biblioteca Viva ante el nuevo paradigma. En ese momento (incluso aún) no se tenía mucha claridad sobre cuánto duraría el fenómeno, tampoco de sus efectos colaterales. Ante un escenario dividido entre quienes se abrían a la experiencia del nuevo formato, los más conservadores que lo criticaban tajantemente y la industria editorial condenada a vivir la gran caída de la que primero fue víctima la industria de la música, optamos por mantener una postura neutral e integradora. De esta forma nuestro discurso fue “estamos abiertos a integrar en algún momento este formato, haciéndolo coexistir con el actual, pero en ningún caso reemplazándolo". A la par comenzamos a investigar e involucrarnos con el fenómeno, leyendo cada ensayo, estudio, estadística, noticia tecnológica o editorial que encontrábamos al respecto. Fue así como llegamos a una universidad privada en Chile que tenía habilitado con éxito desde hace un tiempo el sistema de préstamo de eBooks en su biblioteca. Había pasado ya un año desde que definimos aquella postura y ahora estábamos pensando en integrar el “nuevo formato”. Seguimos el modelo implementado por la universidad y para finales del 2010 ya habíamos comenzado a trabajar en el desarrollo del nuevo servicio de préstamo de libros electrónicos.


El lanzamiento de este nuevo servicio se programó apresuradamente para el 1ero de marzo de 2011, esto porque ya había financista para el proyecto y querían que la primera biblioteca pública al interior de un centro comercial en Latinoamérica fuese también la primera biblioteca pública chilena con préstamos de eBooks
Comencé a trabajar en el brief y propuse partir un tiempo antes con un teaser en diarios, Web y redes sociales. Por supuesto estábamos contra el reloj, solo a un par de meses del lanzamiento, el teaser tenía que salir ayer y a la par trabajar en las otras campañas programadas para el período.

En los distintos brainstormings que realizamos con el equipo, teníamos claro que no queríamos acercarnos al aspecto tecnológico del ‘préstamo de eBooks’, a la vez que teníamos la dificultad de representar gráficamente el nuevo servicio. No se trataba de algo en particular como promocionar un aparato eReader o el lanzamiento de un best seller electrónico, sino de algo tan general como el préstamo de libros digitales a través de una plataforma bibliotecaria.


Influenciados por la tendencia del Id Quest comenzamos a pensar en el retrofuturo como motor de la campaña. Vimos cientos de referentes y alucinamos con la forma en que veían el futuro en los años 50’s y 60’s. Los estereotipos, la moda, la tecnología, los anuncios, sus formas, frases y colores nos llevaron a decidirnos por este estilo, ahora solo nos faltaba encontrar la forma de conectarlo a lo que teníamos que comunicar.




Tomé mi libro “A History of Advertising” de Sthéphane Pincas and Marc Loiseau y justo ahí, en el capítulo III, estaba la respuesta: “Tiempos modernos”, 
»la era de los primeros, el primer computador, el primer satélite espacial, la invención del plástico, de la goma de mascar, del nylon, en definitiva, la era de las invenciones que revolucionaban a diario la vida de las personas«. Entonces empecé a conectar cosas, discutimos y reflexionamos con el equipo y los distintos elementos fueron cuajando. Seríamos los primeros en ofrecer un servicio de préstamo de libros electrónicos a través de un sistema bibliotecario muy similar al físico, sólo que con una biblioteca en la que no existirían las fronteras geográficas, que funcionaría todos los días, las 24 horas y en la que no pagarías multas por retraso, ya que al cumplirse los días de préstamo, el libro desaparecería de tu dispositivo. Un sistema no excluyente, puesto que si no tienes un eReader puedes descargar los libros es tu teléfono o en cualquier computador, y finalmente, una oferta de libros que complementarían nuestras colecciones físicas. Seríamos los primeros, pero al mismo tiempo sabíamos que no estábamos ofreciendo algo absolutamente nuevo que ‘revolucionaría la vida de las personas’, al final del día, eran libros como los que se vienen haciendo hace cientos de años, solo que en un soporte distinto.

Finalmente llegamos al concepto de “la biblioteca del futuro”, frase que al acompañarla de un estilo gráfico retrofuturista, generaba una doble lectura, la textual: “los primeros con este nuevo servicio tecnológico” y la irónica que nos blindaría de las críticas intelectuales: “el futuro visto desde el pasado para algo nuevo que existe desde hace muchos años”.



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Mientras la Vero trabajaba en la gráfica partimos con el teaser en Twitter y Facebook. Como solo teníamos la frase principal, nos apoyamos gráficamente con las imágenes de referencia y jugamos con el concepto de 'futuro', haciendo preguntas como "Has leído o visto películas que traten sobre el futuro?"; "Cómo te imaginas el futuro"; "Así serán las vacaciones del futuro?". Los seguidores rápidamente engancharon y comenzaron a responder.

                               

Para finales de enero ya teníamos la gráfica final, sin embargo las demoras técnicas en la implementación de la plataforma hacían presumir que el lanzamiento tendría que posponerse, por lo que adaptamos la gráfica y creamos una "segunda parte" del teaser que se publicó en diarios, papelería, Web y redes sociales durante febrero y marzo.

La imagen (que por presupuesto fue comprada y no producida) representa al estereotipo de la clásica familia de los '50 reunida en torno a una nueva tecnología, a la nueva juguera, al nuevo televisor, al nuevo automóvil, y en este caso, al 'nuevo' libro. El resto es magia de Vero Rodriguez y la utilización de tipografías, texturas y formas características de la publicidad de la época, como los rayos del atardecer, muy de post guerra, o esas estrellas, tan características del imaginario futurista de ese entonces.





El servicio se lanzó finalmente el 18 de abril de 2011 y a la fecha de publicación de este post ya hay varios cientos de usuarios que leen libros de "la biblioteca del futuro". Sobre el futuro de los eBooks, aún quedan muchas páginas por escribir.
Y en la próxima entrada: "No estamos solos".


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Fuente imágenes: "1" popmodernidad.tumblr.com; "2" taringa.net; "3" smashingmagazine.com

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